Su mente se sumergía en un mar de
pensamientos obsesivos cada vez que se acercaba al teléfono, esperando que la
llamada que tanto anhelaba finalmente llegara. Su corazón latía con fuerza ante
la mera vibración del dispositivo, anticipando el momento en el que, pensaba
ella, oiría la voz que había estado esperando con ansias.
Y fue así como una tarde
cualquiera, el teléfono sonó y se apresuró a tomarlo para contestar sin
siquiera leer el nombre del contacto: ‘’¡Hola!’’ dijo. No fue una pregunta, ni
mucho menos una invitación al que el interlocutor se presentara. Fue un
‘’hola’’ que constataba que del otro lado de la línea estaba la persona que quería
hablar con ella y solo con ella. Pero su alegría pronto se convirtió en
confusión al darse cuenta de que la voz en el otro extremo no correspondía con
la que esperaba.
Una ola de desconcierto la
invadió, pero se esforzó por mantener la compostura mientras intentaba explicar
la situación. La voz desconocida la interrogó. Trató de esquivar las preguntas
que le parecieron muy personales, muy íntimas, y respondió mansamente a las
menos comprometedoras.
Durante cerca de media hora, la
voz le habló sobre cosas, algunas triviales, otras extrañas y muchas enigmáticas.
Le contó historias de su vida, inquietantes,
intrigantes. Ella se apoyó contra la pared y se dejó caer, poco a poco hasta
sentarse. No podía evitar sentirse atraída por la voz misteriosa y desconocida.
También le hizo preguntas, pero
más básicas, menos elaboradas. A todas ellas, la voz respondió con hechos de su
propia vida, que bien pudieran ser reales o ficticios.
Cuando la llamada terminó, la
chica se sintió profundamente perturbada por la extraña conversación que
acababa de tener. Miró su teléfono y se dio cuenta de que el número era
privado, por lo que no podía rastrearlo. Un escalofrío le recorrió la espalda,
pero también una extraña emoción que no podía explicar.
Algo había cambiado en ella. La
sensación de lo desconocido se había instalado en ella. Empezó a notar cosas
que antes pasaban desapercibidas: los sonidos de la ciudad parecían más fuertes,
los colores más vibrantes y los olores más intensos. Incluso las personas a su
alrededor parecían tener una nueva dimensión, como si de repente pudiera ver
más allá de lo superficial.
Desde aquel día, nunca más volvió
a recibir una llamada del extraño número. Pero no podía dejar de preguntarse si
aquella misteriosa voz volvería a aparecer en su vida, sumergiéndola una vez
más en el abismo de lo desconocido.