A las 3:10 a.m suena su celular. Maia se
incorpora de la cama, asustada y aturdida, antes de que el teléfono suene de
nuevo. ‘’¿Quién es?’’, susurra. A su lado, el chico gruñe un poco y se cubre la
espalda desnuda con la sábana. Maia susurra de nuevo. ‘’¿Quién es?’’, al tiempo
que sale de la habitación.
‘’Acabo de llegar del club. Me acordé de la
primera vez que bailamos tango’’, responde entre risas la voz al otro lado del
teléfono. ‘’¿Qué?’’, pregunta Maia, aún somnolienta. ‘’La primera vez que
bailamos t-a-n-g-o en el c-l-u-b. ¿Te lo tengo que repetir de nuevo? Esa fue la
primera vez que nos besamos’’, explica, pausadamente. ‘’¿Pero acaso eres idiota
del todo o estás jugando a serlo? ¡Es de madrugada! ¿Para esto me llamas?’’
dice la chica entre dientes, a punto de molestarse más de lo que ya está.
Al otro lado de la línea, la voz ríe: ‘’¡Pero
qué mal carácter! Antes podía llamarte a cualquier hora que ni rezongabas.
¡Cómo cambian las cosas!’’ dice, y vuelve a reír. ‘’¡Ya te he dicho mil veces
que no quiero que me llames!’’, ordena Maia con voz enfática. ‘’La primera vez
que bailamos tango, nos besamos’’, continua como si no sintiera la furia en la
voz y en la respiración de la chica. ‘’Esa noche, nos dimos el mejor abrazo,
ese que aún llevo pegado al cuerpo. Esa noche nos besamos por primera vez, te
lo reitero, y fue tan escandaloso ese beso, que varios salieron de la pista de
baile, irritados. Pero nunca en mi vida me había sentido tan libre y eso te lo
debo aún a ti’’. Maia escucha con atención. Respira hondo y se deja caer sobre
el sillón de la sala. ‘’Eso fue en otra época, en otro tiempo ya. Yo era otra
persona. Ahora soy esta que no quiere recordar ni los besos, ni las caricias,
ni las noches a tu lado. ¡Nada! ¡No me llames más, por favor!’’ y corta la
llamada. De nuevo, respira hondo.
Minutos más tarde se levanta y vuelve a la
habitación. Con delicadeza, ocupa de nuevo su lugar en la cama. Abraza al chico
y empieza a besarlo en la espalda. El muchacho va reaccionando poco a poco. La
besa. La acaricia. Maia se desviste al mismo tiempo que el chico. Se aman sin
premuras lo que resta de la madrugada.
1 comentario:
;-) ta bueno, un abrazo
volvere por mas
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