De un momento a otro, todo se transformó en un ambiente
asfixiante. Una densa nube de polvo me envolvió por completo mientras me
arrastraba entre los escombros y la basura que obstruían mi camino. Hacía pocos
segundos sabía dónde estaba, pero ¿ahora? Después de lo que supongo fue una
explosión, no tuve más certezas.
Sentía aún mi cuerpo; sin embargo; ya debilitado y luchando
por cada bocanada de aire, así fuera de ese caliente y algo putrefacto. No
tenía mucha energía, así que, desafiando el cansancio y la falta de aliento,
avancé con precaución, esquivando los obstáculos, que no eran más que desechos.
Después de un arduo esfuerzo, divisé un destello de luz a
través de una grieta. A pesar de los calambres y dolores que sentía, me concentré
para abrirme paso entre tanto estropicio que bloqueaba mi salida. Logré salir un
tanto ileso, pero en un instante de descuido, un zapato me aplastó y la vida -mi
vida-, tan frágil y efímera, se desvaneció en un instante.
3 comentarios:
Había más gente intentando salvar la vida. Eso sí, diría que el del zapato debía calzar un número un tanto monstruoso.
Cucaracha 🪳?
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